Hace unos años la palabra “diástasis” era prácticamente desconocida para la mayoría de mujeres. Hoy en día cada vez son más personas las que conocen este término y poco a poco va empezando a coger la importancia que realmente debería tener.

Pero, ¿qué es realmente la diástasis abdominal?

La parte izquierda y la parte derecha de nuestro recto del abdomen están unidas por una estructura fibrosa llamada Línea Alba, la cual recorre toda la línea media del abdomen. Cuando las dos partes se separan en exceso Es una alteración funcional en la que los músculos rectos del abdomen, los cuales están unidos por un tejido conectivo, se separan en exceso. A pesar de aparecer tanto a hombres como a mujeres, el sector más afectado son las embarazadas.

No obstante, hay diferentes tipos de diástasis abdominal, y es muy importante que se diagnostique y cuantifique a través de una ecografía y/o especialistas en suelo pélvico, para deteminar no sólo la separación entre rectos sino la profundidad de esta separación.

  • Diástasis funcional: es la que más nos encontramos y se trata de la separación de los rectos del abdomen a causa de un sobreestiramiento de la Línea Alba. No hay rotura y por lo tanto se puede llegar a corregir con ejercicios específicos.
  • Diástasis anatómica: en este caso el sobreestiramiento es excesivo y nos lleva a una rotura de la estructura fibrosa. Ante cualquier movimiento o esfuerzo con el abdomen, se pierde energía por la pared abdominal (al incorporarnos del sofá o de la cama, sale un bulto del abdomen) pudiendo llegar a producirse una hernia abdominal.

Hay que tener en cuenta que la diástasis puede aparecer por encima del ombligo o por debajo del ombligo. Con el ecógrafo se puede medir con exactitud la separación, considerando diástasis una separación superior a 25mm si se encuentra por encima del ombligo, y 15mm si se encuentra por debajo del ombligo. A parte de la separación entre recto y recto, también hay que valorar la profundidad y la tensegridad. Por ese motivo es importante hacer una valoración ya que los síntomas pueden variar de una persona a otra dependiendo de por dónde y cuánto se haya lesionado el tejido.

Los síntomas más habituales que produce una diástasis abdominal son:

  • Dolor abdominal, lumbar y pélvico. Debido a la diástasis, estos músculos no funcionan de forma sinérgica y producen cambios posturales, provocando posiciones forzadas con su consecuente dolor.
  • Disfunciones en el suelo pélvico. Teniendo en cuenta el punto anterior, la diástasis provoca una mala postura y una pérdida de sujeción de la faja lumbar. Eso provoca un sobreesfuerzo al suelo pélvico el cual se ve afectado y acaba perdiendo la tensión necesaria para trabajar correctamente. Las consecuencias de este debilitamiento del suelo pélvico son, entre otras, pérdidas de orina (sobre todo frente a esfuerzos) y prolapsos.
  • Problemas estéticos. Esta separación de los rectos abdominales produce un abdomen hinchado y cuando se realiza un esfuerzo abdominal aparece “un bulto” en el abdomen, pudiendo llegar a ser una hernia visceral abdominal por esa falta de contención.
  • Problemas digestivos. De la misma manera, tras la ingesta de alimentos, se produce un abombamiento abdominal. Puede generar malas digestiones, gases o estreñimiento.

Frente a una diástasis diagnosticada, debemos ponernos en manos de un especialista ya que, a pesar de no poder volver a cerrarse del todo, si se puede conseguir una aproximación de los rectos con programas específicos de entrenamiento para que el abdomen vuelva a ser competente y funcional.