A día de hoy muchas personas siguen relacionando el ejercicio físico con los jóvenes, y la gran mayoría realiza entrenamientos por cuestiones de imagen. No obstante, la razón principal por la que debemos realizar ejercicio físico es LA SALUD.

La salud es el aspecto más valioso en la vida, pero pocas veces le prestamos atención.  Las crecientes tasas de obesidad, estrés, enfermedades crónicas y mala salud mental arruinan la vida de millones de personas en todo el mundo.

  • Realizar ejercicio físico de forma segura y constante nos aporta una gran cantidad de beneficios, especialmente una vida saludable y más larga.
  • Nos ayuda a tener un control de nuestro peso
  • Disminuye el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, presión arterial alta, colesterol, y de desarrollar diabetes, entre otras.
  • Fortalece tus huesos reduciendo el riesgo de osteoporosis y artritis.
  • Mejora la fuerza, resistencia, coordinación, flexibilidad, agilidad y equilibrio, y reduce las caídas (especialmente en gente mayor).
  • Mejora el ánimo y ayuda a frenar el deterioro cognitivo. Te relaja y te ayuda a liberar tensiones. Consecuentemente, disminuye las probabilidades de sufrir depresión o ansiedad.
  • A parte, al mejorar tu condición física mejoras tu imagen y incrementa tu autoconfianza, autoestima y seguridad.
  • Aumenta la energía en tu día a día, mejora la salud cardíaca y pulmonar cosa que te ayuda a sentirte más activo.
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Promueve relaciones sociales.

No lo dudes y empieza con tus rutinas de entrenamiento. Intenta realizar actividades físicas a diario, ve andando a los sitios, sube por las escaleras e intenta llevar una vida activa. Es importante que para empezar con rutinas de ejercicios específicos se hagan con la técnica adecuada para evitar lesiones. Así que contacta con un entrenador personal, asesórate, y busca cuál es el entrenamiento que mejor se adapta a ti y a tus necesidades. Añade ejercicios de cardio, de fuerza, de equilibrio y estiramientos.

A parte del ejercicio, preocúpate de tener una alimentación saludable, evita las comidas procesadas y ten en cuenta que una buena alimentación condiciona tu día a día.

Olvídate de tu vida sedentaria y empieza hoy mismo con los hábitos saludables. Y recuerda, debemos cuidarnos tanto por fuera como por dentro.